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Validez y relevancia de la Revolución de Octubre
en respuesta a los retos del siglo 21


Contribución al XVI Seminario Comunista Internacional,
"Validez y actualidad de la Revolución de Octubre de 1917
para el siglo XXI"


Por José María Sison
Presidente fundador
Partido comunista de Las Filipinas
Bruselas, 4 - 6 de mayo del 2007
http://www.icsbrussels.org , [email protected]

Propongo discutir las condiciones objetivas y los factores subjetivos que llevaron a la Revolución de Octubre, la validez persistente de la Revolución de Octubre a pesar de la desintegración de la Unión Soviética y otras sociedades bajo el régimen revisionista, y la validez y relevancia de la Revolución de Octubre frente a las condiciones del siglo 21.

1. Condiciones objetivas y factores subjetivos que llevaron a la Revolución de Octubre

Desde el comienzo del siglo 20, el mundo entró a la era del imperialismo moderno y la revolución proletaria. El capitalismo monopolista se volvió dominante en los países capitalistas avanzados. El capital financiero nació de la fusión de los bancos y el capital industrial. La exportación de los excesos de capital empezó a ganar importancia sobre la exportación de los excedentes de mercancías.

Las compañías monopolistas de los países imperialistas se combinaron y compitieron entre ellas mediante cárteles, sindicatos y alianzas. Las potencias coloniales e imperialistas habían dividido al resto del mundo en colonias, semicolonias y países dependientes en términos políticos y como fuentes de materia prima, mercados, campos de inversión y esferas de influencia en términos económicos. Y encima de eso siguieron peleando por una repartición del mundo de acuerdo al balance de fuerzas variable entre ellas.

Al igual que la burguesía en la era capitalista de la libre competencia, la burguesía de los monopolios usó el eslogan de "libre comercio" para entrar en los mercados extranjeros y expandir su inversión directa e indirecta. Pero, de hecho, en su competencia las potencias imperialistas se volvieron paulatinamente proteccionistas económicamente y agresivas políticamente. Por su propio interés nacional fueron llevadas a la primera guerra inter-imperialista, la Primera Guerra Mundial.

Kautsky y sus seguidores, que dominaron la Segunda Internacional, interpretaron la expansión global del capital imperialista como un proceso continuo de una sola vía para disolver las formaciones pre-capitalistas y desarrollar el capital industrial en los países atrasados. Pero Lenin apuntó correctamente el desarrollo desigual y espasmódico del capitalismo, las crisis recurrentes y que empeoraban de la sobreproducción, y el carácter decadente, agresivo y destructivo del imperialismo.

Se opuso a la línea oportunista y revisionista de Kautsky, quien promovió el chovinismo social, el pacifismo social y el imperialismo social. Habiendo aprendido bien las lecciones de la Comuna de París y la necesidad de lograr la dictadura del proletariado a través de la lucha de clases, estaba bien preparado para liderar a los bolcheviques, al proletariado, y al pueblo para realizar la gran Revolución Socialista de Octubre en Rusia.

Este gran país con unas cuantas islas de desarrollo industrial entre el océano de feudalismo y medievalismo era el más débil entre las potencias imperialistas y era en sí mismo un objeto de penetración y manipulación de las potencias imperialistas más fuertes. Al mismo tiempo, era un opresor gigante de naciones y pueblos dentro del imperio ruso. El proletariado y el pueblo tenían que contender con el zarismo, que representaba el feudalismo y el medievalismo, y también con la burguesía que dominaba el sector industrial moderno y que trataba de cortarle el paso a la revolución.

Lenin vio el empobrecimiento y las condiciones desesperadas de Rusia como factores favorables para el avance del partido bolchevique como el partido revolucionario del proletariado, liderando a las amplias masas de gente para derrocar al zarismo e instalar la república democrática, concentrando las masas de campesinos como las masas aliadas confiables del proletariado a través de la nacionalización y las reformas a la tierra, y militando al proletariado con la demanda de una jornada de trabajo de 8 horas.

Lenin estuvo siempre consciente de la necesidad de llevar a cabo la revolución en dos pasos, donde primero la democracia debe ganarse contra el feudalismo y la represión, y donde el socialismo debe ser subsecuentemente establecido y desarrollado. Para que la clase trabajadora lidere tal revolución de dos etapas, debe primero ser capaz de construir el Ejército Rojo y movilizar al pueblo para aplastar la maquinaria militar y burocrática del estado contrarrevolucionario. Debe confiar en la alianza trabajadora y campesina, incluyendo a los soldados de origen trabajador y campesino. Así, los bolcheviques tuvieron éxito en vencer al zarismo y entonces a la burguesía, y de construir el primer país sostenible socialista en una sexta parte de la superficie de la Tierra.

2. Validez de la Revolución de Octubre a pesar de la desintegración de la Unión Soviética y otras sociedades socialistas

La Revolución del 17 de Octubre se ha vuelto un signo de todos los grandes logros revolucionarios del Partido Bolchevique de Lenin y Stalin al establecer la dictadura proletaria como un requisito de la revolución socialista, venciendo la guerra civil y la intervención militar extranjera, reviviendo la economía a través de medidas de transición, construyendo industrias socialistas, colectivizando y mecanizando la agricultura y desarrollando el sistema educativo y cultural de la clase trabajadora, apoyando el movimiento comunista internacional, luchando contra y venciendo al fascismo, y más aún, persiguiendo la revolución y la construcción socialista ante las amenazas del imperialismo estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial.

Estos logros no pueden ser menospreciados. Las revoluciones socialistas en el Este de Europa, Asia y donde fuera, fueron inspiradas por la Revolución de Octubre, los logros de la Unión Soviética y el trabajo de la Tercera Internacional. La Unión Soviética fue incuestionablemente un país socialista por décadas, desde 1917 a 1956. Sus grandes logros no pudieron ser deshechos de la noche a la mañana. Tomaría décadas para que los revisionistas modernos socavaran y desmantelaran el socialismo, desde el golpe anti-estalinista de Kruschov en 1956 hasta la restauración sin disfraz del capitalismo y la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

Hay lecciones y principios que deben ser aprendidos de las experiencias positivas del Partido Bolchevique y de la Unión Soviética, así como de las experiencias negativas que atañen a los oportunistas de "izquierda" y derecha (representados por Trosky y Bukharin, respectivamente), y revisionistas modernos desde Kruschov hasta Gorbachov. Desde el exterior, los imperialistas soltaron una serie de ataques sobre la Unión Soviética, incluyendo la guerra de intervención extranjera, el bloqueo económico y militar, la invasión fascista y la Guerra Fría. Éstas no vencieron a la Unión Soviética. Pero el revisionismo moderno probó ser el enemigo más letal de la Unión Soviética, la causa principal de su destrucción final.

En lo que concierne a la lucha contra el imperialismo, el revisionismo y la reacción clásicos, y en lo referente a emprender la revolución y la construcción socialista, la Revolución de Octubre y las enseñanzas de Lenin son válidas y relevantes hasta este día. Pero en lo referente a la lucha del revisionismo moderno, necesitamos estudiar y aprender de la historia de la Unión Soviética y otros antiguos países socialistas, las lecciones sobre cómo los burócratas e intelectuales se divorciaron de la clase trabajadora y cómo abandonaron la lucha de clases y la resistencia de clases del proletariado revolucionario. A este respecto, necesitamos entender la lucha de Mao contra el revisionismo moderno desde 1956, y su teoría y práctica de continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado desde 1966.

La teoría y práctica de Mao sobre continuar la revolución fue con el fin de combatir el revisionismo moderno, prevenir la restauración del capitalismo, y consolidar al socialismo en China. Ganó victorias en los 10 años de la Gran Revolución Cultural Proletaria, de 1966 a 1976. Aunque la revolución fue eventualmente vencida, tuvo éxito en plantear el problema del revisionismo moderno y en presentar ciertos principios y métodos para resolverlo. Ofrece mucho material para que los revolucionarios proletarios lo aprendan y lo desarrollen aún más para explicar la desintegración de los primeros sistemas socialistas e impidan la restauración del capitalismo cuando en el futuro ellos construyan y desarrollen sociedades socialistas en varios países hasta que puedan vencer al imperialismo a una escala global e implanten el comunismo.

En este periodo de una derrota temporal del socialismo a escala global, los revolucionarios proletarios deben ser capaces de responder las preguntas del proletariado y el pueblo sobre el pasado, presente y futuro de la causa revolucionaria del socialismo. Deben contender con las afirmaciones burlonas de los imperialistas y los reaccionarios sobre que el socialismo está muerto. Después de la desintegración de la Unión Soviética y de otros sistemas bajo el régimen revisionista, los enemigos del socialismo han dispersado ideas que son calculadas para desmoralizar al proletariado y a la gente.

Tales idea incluyen lo siguiente: que no hay tal cosa como el socialismo científico, sino sólo socialismo utópico e impracticable; que la avaricia personal y no la procuración social pueden causar equilibrio social y progreso; que la historia no puede ir más allá del capitalismo y la democracia liberal; que la era del imperialismo y la revolución proletaria se ha ido; que la "globalización neoliberal" es la vía al desarrollo capitalista global, y que las luchas de los pueblos por la liberación nacional, la democracia y el socialismo, son insignificantes.

De hecho, el mundo no ha pasado más allá de la era del imperialismo moderno y la revolución proletaria precisamente debido a la gran derrota, aunque temporal, del socialismo, causada por el revisionismo moderno. Las condiciones globales han retrocedido básicamente a aquellas anteriores a la Revolución de Octubre cuando todavía no había países socialistas como baluartes de la revolución proletaria mundial y las potencias imperialistas parecían capaces de hacer cualquier cosa que se les antojara contra las masas obreras.

Bajo el ascenso del revisionismo moderno y últimamente bajo la restauración completa del capitalismo en los grandes estados socialistas, las condiciones de opresión y explotación del pueblo trabajador por el imperialismo y la reacción se han vuelto aún peor que antes. Pero la resistencia del pueblo está aumentando constantemente a escala mundial.

En un periodo tan corto, la concentración y centralización del capital en los países imperialistas, y la cronicidad e intensidad de las crisis económicas y financieras se han vuelto peores que nunca antes bajo los auspicios de la "globalización neoliberal". Esto ha llevado al redoblamiento de la producción militar, el terrorismo de estado y las guerras de agresión. Prácticamente regresamos a las condiciones del gran desorden en el que no había países socialistas antes de la Primera Guerra Mundial, pero que fue el preludio para la aparición del primer país socialista.

Mientras haya opresión y explotación por parte de la burguesía monopolista, habrá resistencia del proletariado y los pueblos del mundo. La lucha épica entre la burguesía y el proletariado continúa. Y así lo hacen todas las formas concretas de luchas nacionales y de clases en diferentes países. La gente no desea la avaricia de unos cuantos para victimarlos sin fin. Luchan por la liberación nacional y social del imperialismo y la reacción. También se esfuerzan porque prevalezcan y continúen una mayor libertad y justicia social bajo los principios del socialismo científico.

La necesidad del proletariado por el partido revolucionario continúa. Éste sirve para guiar al proletariado y al pueblo para llevar a cabo la revolución en etapas en base a condiciones concretas. Mantiene la línea ideológica Marxista-Leninista contra el revisionismo moderno y todas las formas de subjetivismo. Garantiza que la línea política general pueda llevar a la victoria de la democracia y el socialismo, a vencer al imperialismo y todas las formas de reacción, y que no sea desviada por el oportunismo ni "izquierdo" ni derecho. Concentra el deseo colectivo y la fuerza material de los revolucionarios proletarios al seguir el principio organizativo de centralismo democrático.

El partido revolucionario del proletariado debe aumentar, organizar y movilizar las amplias masas de gente a través de varias formas de lucha. La forma más importante de lucha es aplastar la maquinaria militar y burocrática del estado contrarrevolucionario, y el establecimiento de la dictadura proletaria o la dictadura democrática del pueblo bajo el liderazgo de la clase trabajadora, dependiendo de las condiciones concretas.

3. Manejar las condiciones y retos del siglo 21

En base a las condiciones y tendencias actuales que vemos claramente, podemos ser optimistas en que en la próxima década o alrededor de, la gente intensificará en forma dramática y a una escala sin precedentes su lucha revolucionaria por la liberación nacional, la democracia y el socialismo contra el imperialismo y la reacción. Enlistemos las condiciones principales que los revolucionarios proletarios deben tratar en el siglo 21, particularmente en las primeras décadas en las que nos encontramos ahora. El siglo será, ya sea muy largo para dar grandes saltos en el avance acumulativo de las fuerzas revolucionarias, o muy corto para la completa época histórica necesaria para que el socialismo domine al capitalismo.

Primero, observemos inmediatamente que la desintegración de los sistemas bajo los regímenes revisionistas ha llevado a la crisis del sistema capitalista mundial y a la opresión y explotación desenfrenadas del pueblo trabajador por el imperialismo y la reacción. Notoriamente, los Estados Unidos han estado en el frente de la generación de crisis económicas, de la confusión política y de las guerras de agresión. Ha disfrutado el rol sin precedentes de ser la única superpotencia al frente de un sistema mundial capitalista obviamente expandido a través de la integración completa de casi todos los países anteriormente bajo el régimen revisionista.

Pero la expansión del sistema capitalista mundial ha realmente llevado a un aumento en el número de potencias imperialistas y a la intensificación de las contradicciones intra-imperialistas. El mundo no puede acomodar a tantas potencias imperialistas. La alianza imperialista liderada por los Estados Unidos se vio azotada por crisis, especialmente con el fenómeno de estanflaciòn, tan pronto como los perdedores de la Segunda Guerra Mundial se reconstruyeron y fortalecieron económicamente a finales de los 1960s. La adición de Rusia, China y la India como grandes jugadores en el campo de juego, significó una crisis y problemas mayores para el Grupo de los 7 original, y para los países originales de la OCDE.

Segundo, la política de la "globalización neoliberal" ha fallado ampliamente para vencer el problema de estanflaciòn bajo el Keynesianismo, y en reforzar a las potencias imperialistas de peores crisis económicas y financieras. El problema de la estanflaciòn es persistente y ha sido siempre simplemente cubierto aumentando los niveles de endeudamiento tanto en países imperialistas como en desarrollados. Las potencias imperialistas encabezadas por los Estados Unidos han aplicado la política de "globalización neoliberal" (desnacionalización, liberalización, privatización y deregularización de las economías) a expensas del mundo proletario y de las naciones y pueblos oprimidos. Y esto ha agravado y profundizado la crisis de sobreproducción y de la financiación del capital y empujado a las potencias imperialistas a competir entre ellas y adoptar medidas proteccionistas como en las décadas anteriores a la Primera Guerra Mundial y anteriores a la Segunda Guerra Mundial.

La política de "globalización neoliberal" ha causado tales crisis que los Estados Unidos han recurrido al Keynesianismo militar. La administración de Bush ha buscado estimular la economía norteamericana aumentando la producción militar. A este respecto, ha también soltado guerras de histeria, guerras de agresión y terrorismo de estado a una escala global bajo el pretexto de combatir el terrorismo y los así llamados estados delincuentes. Pero el problema con la alta producción militar es que tiene poco potencial de empleo. Los Estados Unidos han también mantenido un alto nivel de consumismo agotando los recursos, ampliando los déficits de las cuentas actuales, e incurriendo en una deuda externa demasiado grande.

Tercero, a pesar de la flagrante falla de la "globalización neoliberal", que realmente es la avaricia desenfrenada de los monopolios disfrazada con el término pequeño burgués de "mercado libre", la burguesía de los monopolios sigue tergiversando sus ideas y políticas en términos pequeño burgueses y le da entrada completa a la ideología pequeño burguesa como un instrumento para aturdir no sólo a la pequeña burguesía, sino al pueblo trabajador en lo concerniente a la realidad social, económica, política y cultural. Así, los imperialistas están financiando y promocionando a las organizaciones no gubernamentales reformistas pequeño burguesas como la "sociedad civil", y como la parte del pueblo en la triada de "acuerdos sociales" entre estados, grandes negocios y una población dócil.

La burguesía de los monopolios está usando un amplio rango de instrumentos (el sistema cultural y educativo, los medios de masas, el proceso electoral, los think tanks, las instituciones de policías, fundaciones de caridad, las instituciones religiosas y del estilo) para promocionar las ideas de la gran y pequeña burguesías para contrarrestar la reaparición de la ideología revolucionaria proletaria y los movimientos de masas revolucionarios contra el imperialismo y a favor del socialismo. Por supuesto, varias corrientes pequeño burguesas se disfrazan de proletarias, como el revisionismo clásico (democracia social), el Troskysmo y el revisionismo moderno, que están todavía presentes para ayudar a la burguesía monopolista y tratar de flanquear la teoría y la práctica del genuino Marxismo-Leninismo.

Pero sin importar qué tan inteligentes sean las trampas ideológicas y políticas de la burguesía monopolista, éstas se vuelven triviales conforme la crisis del sistema mundial capitalista empeora y los revolucionarios proletarios y el movimiento de masas revolucionario se alzan, perseveran e incluso llevan a cabo la lucha revolucionaria. Como en el preludio a la Revolución de Octubre, desde la derrota de la revolución de 1905 a la revolución de febrero de 1917 cuando los bolcheviques parecían ser pequeños y débiles, sus descendientes revolucionarios proletarios actuales se ven igual, especialmente en el periodo siguiente a la desintegración de los sistemas regidos por los revisionistas de 1989 a 1991. Pero una vez más las condiciones objetivas son favorables para el resurgimiento de las fuerzas revolucionarias del proletariado y el pueblo.

Cuarto, el uso de mayor tecnología en la producción y consumo bajo los auspicios de la "globalización neoliberal" ha acelerado la concentración y centralización del capital en unos cuantos países imperialistas. Esto ha agravado la crisis de sobreproducción en todo tipo de bienes y servicios. En el periodo posterior a cada crisis de sobreproducción, se da el aumento de desempleo crónico y la baja de ingresos. La destrucción de las fuerzas productivas no es seguida por una nueva ronda de producción y recontratación.

La adopción de una tecnología más avanzada por la burguesía monopolista con el propósito de maximizar las ganancias, acumular capital y reducir el capital variable para la labor, puede sólo resultar en el agravamiento de la crisis de la sobreproducción y el estrechamiento del mercado. La mayor tecnología que pueda ser usada para determinar las necesidades y demandas del mercado, la expansión de la producción y para acelerar la distribución, es ideal para el socialismo y no para el capitalismo monopólico.

La tecnología más avanzada para colectar, guardar, procesar y comunicar información y conocimiento está principalmente bajo el control de la burguesía monopolista. Este tipo de tecnología es usada para promover la ideología y la política de la burguesía monopolista embelleciendo la fraseología pequeña burguesa, para promover la ideología pequeño burguesa del interés propio y preocupar al público con el mensaje del consumismo, los deportes y el entretenimiento. La mayoría de las computadoras personales y otros aparatos para diseminar información están en manos de la pequeña burguesía, particularmente los profesionales y la juventud con un alto nivel de educación formal. Sin embargo, conforme la crisis del sistema mundial capitalista empeore, la pequeña burguesía se torna más descontenta y más inclinada a unirse a la clase trabajadora en alianzas progresivas contra el imperialismo y la reacción.

Es un signo de desesperación y debilidad el que la burguesía monopolista haya sido llevada por la crisis y la competencia a aumentar las ganancias de los nuevos productos comercializando la tecnología de la información y otros tipos de tecnología que solían ser exclusivas del ejército. Aún ahora estas tecnologías accesibles abiertamente pueden ser usadas por las fuerzas revolucionarias para emprender campañas de información y educativas, y para lanzar tácticas ofensivas. La multi-media basada en computadoras personales ha sido usada para diseminar la teoría revolucionaria y los mensajes políticos y para movilizar a la gente para acciones de masas. El teléfono celular ha sido usado para ofensivas tácticas precisas por lo ejércitos revolucionarios.

Quinto, las contradicciones entre la gente trabajadora del mundo y las potencias imperialistas y reaccionarias se intensifican. Así también lo hacen los países que reivindican la independencia nacional y las potencias imperialistas. Las potencias imperialistas se encuentran cada vez más en desacuerdo entre ellas en lo referente a las instituciones políticas y económicas que han creado para armonizar sus relaciones con la gente trabajadora del mundo.

El agravamiento continuo de la crisis del sistema mundial capitalista bajo la política de la "globalización neoliberal", puede empujar a las potencias imperialistas a recurrir al Keynesianismo, a un mayor estado de capitalismo monopólico, a una competencia y proteccionismo de monopolios intensificados, y a guerras de agresión para la re-división del mundo. La intensificación de las contradicciones inter-imperialistas genera condiciones más favorables para la resistencia de los proletarios y el pueblo del mundo.

Los partidos revolucionarios del proletariado deben dirigir la resistencia del pueblo en todo tipo de países, en los países imperialistas y en los países dominados. El aumento de la competencia entre las potencias profundiza la crisis en cada país imperialista. El proletariado en cada país, debido a las peores condiciones, es llevado a intensificar la resistencia mediante huelgas, mítines de protesta y otras acciones concertadas. La gente trabajadora y las naciones y los pueblos oprimidos que sufren más del saqueo imperialista y de la guerra son los más urgidos a alzarse en revolución armada.

Las condiciones actuales de la crisis generan los temas inmediatos de la lucha contra el capitalismo monopolista y la reacción local. Pero, al reclutar y desarrollar miembros del partido, los partidos revolucionarios del proletariado deben inculcarles la misión histórica de construir el socialismo bajo la teoría y la práctica de continuar la revolución bajo la dictadura proletaria. Hay la necesidad de contrarrestar la propaganda del enemigo que dice que el socialismo es exitoso sólo hasta un cierto punto y entonces falla. Hay la necesidad de asegurar al proletariado y al pueblo que el revisionismo moderno y la restauración del capitalismo pueden ser prevenidos y que el socialismo puede ser consolidado repetidamente hasta quedar sobre el imperialismo a escala global y alcanzar el umbral del comunismo.

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